Un importante robo tuvo lugar en las últimas horas en la zona de Plaza Yrigoyen cuando el dueño, de profesión arquitecto, se encontraba tomando un examen.
Sucedió en 20 entre 62 y 63. Según trascendió, ante la insistencia de un amigo decidió atender su teléfono en plena evaluación. Se trataba de muy malas noticias.
Por eso, luego de pedir disculpas al alumnado, abandonó el aula y se dirigió rápidamente a su domicilio.
Al arribar, un patrullero y un móvil de la empresa de alarmas, que habían llegado hacía unos minutos, lo estaban esperando.
Apenas ingresó a su casa, se encontró con el angustiante panorama: entre los elementos que ahora se encuentran en poder de desconocidos se encuentran varias alhajas de oro, con inscripciones religiosas y algunas que hacían referencia a parientes cercanos, un reloj marca Seiko de color azul y una notebook marca Dell de color gris plata.
El grueso del botín resultó ser el contenido de una caja fuerte que se encontraba ubicada en el dormitorio de las víctimas.
Con respecto a esto, trascendió que todas las acciones llevadas a cabo en el lugar demuestran que se actuó sin improvisación.
Además, durante las pericias que realizó la policía científica se pudo establecer que tanto el servicio de internet como el eléctrico se encontraba interrumpidos.
Esto les permitió desactivar la sirena de la alarma y el envío de notificaciones a los respectivos teléfonos de los propietarios.
Esta operación delictiva arrojó dividendos por 7 mil dólares, una suma que valuada al tipo de cambio denominado “informal”, roza los siete millones de pesos.