En los últimos meses, diversos países europeos experimentaron con semanas laborales de cuatro días, y los beneficios de este modelo de trabajo han sido objeto de numerosas investigaciones.
Un estudio reciente de MattressNextDay descubrió que los empleados que trabajan cuatro días a la semana duermen, en promedio, una hora extra por noche.
El análisis incluyó datos de 36 países europeos para determinar cuáles tienen el mejor y peor equilibrio entre trabajo y sueño. En primera posición se encuentra los Países Bajos, con un notable balance entre trabajo y descanso. Los neerlandeses duermen en promedio ocho horas y cinco minutos por noche, según un estudio de 2016 publicado en Science Advances. Además, el país tiene una de las semanas laborales más cortas de Europa, con un promedio de 32,2 horas laborales.
Martin Seeley, CEO de MattressNextDay, señaló: “Es tentador sacrificar el sueño por el trabajo, pero la realidad es que sin suficiente descanso, nuestra concentración, creatividad y toma de decisiones sufren”. Esta afirmación resalta la importancia de un buen descanso para el desempeño y bienestar general.
Por su parte, Austria también exhibe un buen balance entre trabajo y sueño, con semanas laborales promedio de 33,6 horas. MedUni Wien informa que la población austriaca duerme entre siete y ocho horas. El país no solo tiene semanas laborales relativamente cortas, sino que también limita considerablemente las horas extras y ofrece horarios de trabajo flexibles. Legislaciones gubernamentales y varias opciones de trabajo reducido, como el job sharing, ayudan a nuevos padres y familias a gestionar mejor su tiempo.
Noruega es otro país que se destaca en este aspecto, con semanas laborales de 33,9 horas en promedio. Los noruegos valoran mucho las actividades al aire libre, conocidas como Friluftsliv (vida al aire libre), que incluyen esquí, senderismo y kayak. Estas actividades no solo promueven la salud y el sueño, sino que también disminuyen el estrés y mejoran el ánimo. Mantener los dormitorios frescos y usar sábanas separadas también contribuye a un mejor descanso.
En contraste, países como Turquía y Serbia muestran un equilibrio trabajo-sueño deficiente. Turquía tiene la jornada laboral más larga de Europa, con 44,2 horas semanales en promedio, lo que dificulta obtener el descanso necesario. Durante la pandemia, un estudio de ScienceDirect en 2021 encontró que el estrés psicológico fue uno de los principales disruptores del sueño entre los turcos, particularmente en hombres y personas casadas con hijos.
La situación económica inestable en Turquía, con alta inflación y desempleo, agrava este problema, obligando a los empleados a trabajar más horas. En cuanto a Montenegro, que tiene la segunda jornada laboral más larga del continente, con un promedio de 43,4 horas semanales, su cultura laboral centrada en la jerarquía hace difícil establecer límites saludables entre el trabajo y la vida personal.
La problemática situación de trabajo-sueño también se observa en Serbia, con una semana laboral promedio de 41,7 horas. Un estudio de 2022 de la National Library of Medicine estimó que aproximadamente la mitad de los jóvenes en los Balcanes occidentales presentaban patrones de sueño deteriorados durante la tercera ola de la pandemia. Según una encuesta de salud de 2022 realizada por la farmacéutica serbia Hemofarm, el 31% de los serbios tiene problemas para dormir debido a pensamientos negativos y miedo.