La inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser una promesa futurista para convertirse en una herramienta esencial en el ámbito de la salud. Su aplicación abarca desde la detección temprana de enfermedades hasta la optimización de tratamientos, pasando por la gestión eficiente de recursos hospitalarios.
En Galicia, España, el Complejo Hospitalario Universitario de La Coruña ha implementado sistemas de IA que permiten una medicina más personalizada y precisa. Estos avances han reducido significativamente las dosis de radiación en pruebas como los TAC y han agilizado diagnósticos de patologías como el cáncer de próstata. Desde septiembre de 2023, la IA asiste en servicios de urgencias y atención primaria para evaluar radiografías simples, osteoarticulares y de tórax.
En Málaga, el Hospital Quirónsalud ha formado a su personal en el uso de la IA aplicada a la práctica clínica. Proyectos como “Scribe” automatizan la documentación médica, permitiendo que los profesionales se enfoquen completamente en el paciente durante la consulta. Además, se están desarrollando trayectorias asistenciales automatizadas que mejoran la gestión de citas, pruebas médicas y seguimiento terapéutico.
La IA también ha demostrado ser eficaz en la detección temprana de enfermedades críticas. Por ejemplo, en la Clínica Cleveland de Estados Unidos, se utiliza para identificar signos tempranos de septicemia, una de las principales causas de muerte en pacientes de emergencia. La implementación de algoritmos impulsados por esta tecnología ha resultado en una mejora del 40% en el tratamiento.
A pesar de estos avances, expertos subrayan la importancia de mantener la supervisión humana en el uso de la IA en medicina. La doctora Jara Rodríguez, del Colegio Oficial de Médicos de Huesca, destaca que la IA es una herramienta esencial para apoyar al médico y facilitar la investigación, pero insiste en que la relación médico-paciente sigue siendo irremplazable y que las emociones humanas no pueden ser replicadas por la IA.
