Luego de casi un día suspendido el recuento de votos, cuando había llegado al 83% y una diferencia de siete puntos entre los principales candidatos, el Órgano Electoral Plurinacional (OEP) anunció el lunes por la tarde que, con el 95% de las boletas escrutadas, Evo Morales subía al 46,40% mientras que su rival, Carlos Mesa, bajaba al 37,07%.
Según la Ley Electoral de Bolivia, en caso de que ninguno de los candidatos alcance la mitad más uno de los votos o logre el 40% de los sufragios válidos con una ventaja de 10 puntos sobre el segundo, los dos primeros más votados deberán ir a un balotaje el 15 de diciembre.
El domingo, con el 83% de los votos analizados, Morales superaba por 7,12 puntos a Mesa; pero el lunes, tras la reanudación desde el 95% recontados, el jefe de Estado estiraba la diferencia con el expresidente hasta 9,37 puntos, es decir a pocos votos de ganar en primera vuelta.
El OEP anunció que 82 mil personas votaron en blanco y que otras 212 mil personas realizaron votos nulos. Eso representó el 5% de los votos emitidos. Morales superaba a Mesa por 500 mil votos.
Luego de la sorpresiva suspensión del recuento y de la llamativa reanudación del proceso, Mesa, candidato de Comunidad Ciudadana, denunció de manera pública el "fraude escandaloso" y por eso instó a sus votantes a "no aceptar el resultado amañado".
En ese escenario, el canciller Diego Pary y los veedores de la Organización de Estados Americanos (OEA), acordaron establecer un equipo de acompañamiento permanente en el proceso de conteo oficial de votos, según informó el Gobierno en Twitter.
Por su parte, la OEA anunció su rechazó a "la interrupción del conteo definitivo" en la región de Potosí, donde comenzaron las protestas contra el tribunal electoral, acusado de falta de transparencia. Las protestas se extendieron luego a La Paz, Santa Cruz y otras ciudades.