El 2019 está a punto de llegar a su fin y a todos nos agobian las obligaciones, el cansancio y la necesidad de vacaciones, sin dudas.
El mes de diciembre siempre suele ser complicado porque solemos cargar con todo lo que nos ha sucedido durante el año pero existe una forma de tomarse todo de forma más simple y sin tanto estrés.
Según la OMS, el estrés es 'un conjunto de reacciones fisiológicas que prepara al organismo para la acción', es decir una suerte de respuesta interna ante estímulos externos.
¿Cómo se manifiesta?
El cuerpo habla y nos da la siguientes señales:
*Dolores de espalda
*Contracturas (principalmente en el cuello)
*Cefaleas, de tipo tensional.
*Alteraciones gastrointestinales, como constipación o diarrea.
*Trastornos del sueño, síntomas depresivos y fatiga.
*Sensación de agobio.
*Manejando el estrés
¿Cómo combatirlo?
En primer lugar, con nuestros hijos debemos regular las expectativas: es necesario que los niños entiendan que lo que va ocurriendo a fin de año es resultado del progreso del mismo. Los padres deben exigir, pero también ser conscientes de los ritmos propios de cada niño y establecer límites a estas exigencias.
En el caso de los adultos, hay algunas medidas que podemos tomar para que el final del año no nos agobie:
1. Aprender a delegar, y jerarquizar que tareas son las más importantes a realizar. De manera de tener anticipadamente una planificación de tareas.
2. Mantenerse fiel a los calendarios y meta propuesta. El que mucho abarca, poco aprieta.
3. Mantener espacios de descansos en el trabajo.
4. Llevar una dieta balanceada, cuidar la hidratación y actividad física, lo que puede en el futuro ayudar a enfrentar períodos difíciles.
-Eliminar de la dieta cantidades excesivas de café, mate y te, ya que contienen sustancias que estimulan el sistema nervioso central y pueden alterar los ritmos sueño-vigilia. Deben también reducirse el alcohol y el tabaco.
5. Mantener espacios de esparcimiento con la propia familia, lo que finalmente, reduce el estrés de todo el grupo familiar.