Esteban tiene 50 años, es de La Plata y “de casualidad” se convirtió en “El rey del juego” de nuestra ciudad. Ofrece de todo. Pasó de ser un ingreso extra a su principal fuente económica.
“El emprendimiento empezó de casualidad. En julio de 2018 compré un metegol para restaurarlo para mí, por gusto, y una vez terminado un amigo me ofreció dinero para quedárselo. Tanto me insistió que se lo vendí. Compré otro para restaurarlo, y también lo vendí. Compré un tercer metegol y a los 3 días lo vendí”, recuerda en diálogo con LAPLATA1.com.
Había encontrado un “pasatiempo” rentable. Y advirtió que allí había una buena oportunidad de crecer.
“Cuando me quedé sin metegoles para comprar en La Plata a precios razonables para sacarle una ganancia, empecé a buscar en los pueblos de alrededor de La Plata. Busqué en Brandsen, Hudson y Magdalena. A raíz de mi búsqueda me contactó un fabricante de metegoles, y me ofreció venderle sus productos”, agrega.
El negocio estaba tomando otra dimensión. Se compró una camioneta y agregó nuevos juegos: mesas de ping pong, calesitas, subibajas, toboganes y hamacas, entre otras.
El 2019 fue el año de la consolidación. Agregó más mercadería e invirtió fuerte. Para Esteban, la pandemia fue un regalo caído del cielo en lo económico.
“La pandemia me agarró con mucha mercadería y a los 15 días de la cuarentena la gente necesitaba comprar cosas para los chicos para entretenerlos. Vendí una cantidad impresionante de camas elásticas. La pandemia a mí me resultó bien en lo económico, me vino bárbaro”, dice.
“Al día de hoy sigo agregando distintos tipos de mercaderías. Por ejemplo sapos o flippers. Tratamos de poner el mejor precio posible y dar facilidades para su traslado”, señala Esteban.
Según explica, actualmente estamos en “temporada” de mesas de ping pong y arcos de fútbol. Por la inflación, Esteban cuenta que trata de stockearse lo máximo posible y aprovecha los descuentos.
“Trato de tener siempre stock, porque la gente no quiere esperar dos o tres días para tener su producto. Lo único que hacemos por encargue son bicicletas. Porque hay muchos modelos y colores”, cuenta.
Y completa: “La situación del país no es buena para tener plata en tu casa porque se desvaloriza. Entonces el año pasado compré 60 calesitas y 60 hamacas, y todavía me quedan 30 calesitas. Una cosa que me impresionó fue el sapo. Yo pensé que era un juego que no salía y no me llamaba la atención. Pero empezaron a pedirme y conseguí un fabricante que lo hace con estructura de madera, los números son apliques pintados a bronce, y las fichas también de bronce”.
Para conseguir estos juegos hay que contactarse al 221 477 3600.