El respeto por las instituciones es un eje discursivo del oficialismo platense, que sigue la línea de los más férreos defensores de la República. Siguiendo también la clara línea nacional de Juntos de coincidir pocas veces su dogma y su práctica, el respeto del Gobierno Municipal por sus propias ordenanzas es nulo.
Esta semana tomó estado parlamentario un proyecto que busca habilitar a la Comuna a asfaltar varias calles adoquinadas. Esto sería una suma a la ordenanza 11.738 (promulgada hace tres años), que establece excepciones a la recordada ordenanza 9.008.
Aprobada durante la década champagne, cuando La Plata comenzaba a buscar ser declarada Patrimonio de la Humanidad, la norma expresa el estricto respeto patrimonial por las calles con adoquines de nuestra ciudad. Pero apurado por la campaña, el Municipio debió adelantar el plan de obras dormido durante tiempos no electorales.
Es así que se le pasó la mano con el afán de asfaltar calles y terminó cubriendo algunas como la diagonal 78, protegidas por la ley. Pero claro, como se trata de un espacio político sumamente respetuoso por las instituciones, enviaron al Concejo Deliberante el proyecto para que los habilite a hacer eso. El único pequeño error es que fue enviado una vez que ya se tapó enteramente con asfalto el adoquinado histórico.
Ahora, transitar por Diagonal 78 es otra cosa! ¿Ya pasaste por el nuevo asfalto? pic.twitter.com/ClUQSIhbZx
— Julio Garro (@JulioGarro) October 23, 2021
Como un niño malcriado, el oficialismo se mandó la cagada y recién después pidió permiso, el problema quizá sean los "padres" poco estrictos. Y es que en términos reales no importaba tanto la fecha de envío del proyecto, porque iba a ser aprobado de todas formas. Estas prácticas son producto de que el Concejo Deliberante es una oficina más del Departamento Ejecutivo.
"Si queríamos, al Código de Convivencia lo aprobábamos hace dos años, pero dejamos que se charle", vociferó orgullosa una edil en los pasillos del Palacio Municipal, dejando en claro que el respeto es tan solo una bondad que está a su disposición cuando quieren elegirla.
La que sufrió las consecuencias de estas prácticas de actuar y luego consultar fue la presidenta del Cuerpo, Ileana Cid, quien fue enviada a la guerra con los vecinos de El Churrasco. "Deberíamos haber hecho un plebiscito", reconoció la concejala sobre el error de su compañero de bancada, Javier Mor Roig, en una tensa reunión con referentes barriales.
Mientras el proyecto ni siquiera fue tratado en comisiones aún, Garro festeja enfáticamente el nuevo asfalto de diagonal 78, afirmando que "es otra cosa". En algo tiene razón.
También es válido recordar el acta de compromiso que firmó cuando era candidato a Intendente, procurando proteger el patrimonio histórico. En una oda a Groucho Marx, no solamente hace caso omiso a las ordenanzas municipales, sino también a su propia palabra.