Cristina y la pasión de los argentinos por el dólar: Lula y el FMI tienen la misma solución, ¿le gustará?

Opinión 12/12/2021 . Hora: 08:10
Cristina y la pasión de los argentinos por el dólar: Lula y el FMI tienen la misma solución, ¿le gustará?
Francisco Angulo
Por Francisco Angulo
Periodista.

En el acto por el Día de la Democracia, Cristina Kirchner volvió a hablar de un “problema estructural” de Argentina: la economía bimonetaria. En otras palabras: los argentinos pensamos tanto en el peso como en el dólar.

No es la primera vez que lo remarca. Y pidió que todos los partidos políticos con representación parlamentaria se sienten a pensar soluciones para este “problema estructural”, como repitió en un par de oportunidades.

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Cuando mencionaba este tema, Cristina volteó hacia atrás y le dijo a Lula: “En Brasil la gente piensa en reales. Si se quiere comprar una casa, la compra en reales”. Buscaba un guiño del ex presidente. Pero justamente el ejemplo brasilero pareciera no ser el más conveniente para ella.

¿Por qué en Brasil no piensan en dólares? No es muy compleja la respuesta: han derrotado a la inflación. Pero no les fue fácil: Brasil también traía un historial inflacionario difícil de domar. ¿Qué hicieron? Desde la década del 90 implementaron un programa de “metas de inflación” (Sí, el mismo esquema que aplicó Federico Sturzenegger en el 2016 y 2017). Primero bajo el gobierno de Fernando Enrique Cardoso y luego se extendió en la gestión de Lula da Silva.

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Este programa implicó tasas de interés reales positivas durante muchos años. Si la inflación aumentaba, el Banco Central reaccionaba subiendo la tasa. Así funcionaba este programa de metas. Si la inflación cede, el Banco Central puede descomprimir la tasa. Cuando Lula llegó al Gobierno tuvo un fogonazo inflacionario en sus primeras semanas y no dudó: la tasa de interés subió al 26%. Ese año la inflación fue del 13% en Brasil. Es decir, la tasa de interés duplicaba a la inflación. Una tasa de interés local muy atractiva. Una tasa de interés local atractiva, se supone, fortalece a la moneda local e impulsa a los ahorrista a pensar en el peso (o real en el caso brasilero).

Pero por supuesto esto no es gratuito. Tiene su costo. Una tasa elevada encarece el crédito y puede enfriar la actividad económica. De hecho, esta tasa alta motivó en Brasil a múltiples protestas de los industriales paulistas. Pero a pesar de los pataleos, Lula priorizó el combate contra la inflación. Y lo logró.

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¿Y en Argentina cómo estamos? Hacemos exactamente lo contrario. Hoy la inflación es del 50% interanual y la tasa de interés de referencia es del 38%. Clarísima tasa de interés real negativa. Con esta tasa y una elevada inflación, no puede sorprender que los argentinos piensen en dólares. Es lo lógico. Durante la gestión 2007-2015 también Cristina gobernó con tasas reales negativas. Evidentemente es un costo que no quiere pagar. Pero las consecuencias son evidentes: una economía inflacionaria y bimonetaria.

Sin decirlo explícitamente, el FMI también le “responde” a Cristina. En un comunicado reciente, dice: “Abordar la persistente y alta inflación requiere un enfoque múltiple que implique una reducción del financiamiento monetario del déficit fiscal y una política monetaria adecuada con tasas de interés reales positivas”. De nuevo aparece la idea de la tasa de interés positiva. 

El Banco Central viene deslizando con más velocidad el dólar oficial. Parece un cambio de estrategia. ¿El segundo paso podría ser un alza en la tasa de interés? ¿O las presiones políticas para sostener el crecimiento económico impedirán cualquier modificación en la política de tasas?

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