Laura tiene 28 años, es de La Plata y junto a su pareja lideran un emprendimiento muy especial: limpian las vidrieras de los comercios “a la gorra”.
“Somos una familia de 4: mi marido Jonatan, de 29, y nuestros hijos de 7 (Theo) y 5 (León). Gracias a Dios tenemos nuestra casa propia. Hace 15 años que estamos juntos y de jovencitos hicimos nuestra casa. Yo trabajaba como cuidadora y él de albañil. Ahora salimos a limpiar vidrieras a los negocios a voluntad. Nos dan dinero o mercadería”, cuenta en diálogo con LAPLATA1.com.
“Nos la rebuscamos como podemos pero no siempre es fácil. A veces me llaman para cuidar un paciente pero la paga no es muy buena y no alcanza para mucho. No queremos caridad ni mucho menos; solo poder encontrar un trabajo digno para poder darle lo fundamental a nuestros hijos”, agrega Laura. Son de Villa Elvira.
Desde hace algunos años tienen algunos locales fijos donde limpian las vidrieras. Aclara que trabajan sobre todo en calle 1, en las inmediaciones de la Escuela 45 ubicada en Diagonal 73 y 115 donde acude uno de los pequeños.
“Lo arrancamos hace varios años. Cuando tuvimos otros trabajos, lo dejamos y retomábamos. No dejábamos mucho tiempo porque no queríamos abandonar a los clientes fijos que tenía”, cuenta.
No siempre es sencillo este trabajo. Muchos comerciantes tienen miedo y otros se “aprovechan” de las necesidades.
“Hubo casos donde no nos daban la oportunidad ni de explicar. En otros casos nos dejaban hacer la limpieza pero es como que se burlaban: si bien decimos que era a colaboración, nos daban 10 pesos por la limpieza de vidrieras grandes. Lo sentíamos como una tomada de pelo. Obviamente nos servía igual, pero nos encontramos con algunas personas así”, dice Laura.
Y agrega: “También hay gente que si te ve con buena ropa, creen que entonces no necesitás ayuda. Pero si te ponés ropa de peor calidad también te juzgan”.
Por último, Laura se anima a soñar: “Espero de un futuro poder estudiar y convertirme en asistente terapéutico, pero antes de llegar a eso me gustaría tener un trabajo con ingreso fijo y a la vez tener una paga digna. Contamos con ayuda de la familia pero llega un momento en que uno quiere salir adelante sin ayuda. Me ido a dormir llorando pensando que no es suficiente lo que le damos a mis hijos”.
