Fabio nació en Salta, tiene 33 años y hoy es una eminencia de Ensenada. Reconoce que mucha gente no lo quiere pero en realidad la mayoría lo ama.
En diálogo con LAPLATA1.com, este famoso chef cuenta los secretos de su vida y su trabajo. Un duro trabajo.
En 1996 llegó con su familia a la localidad bonaerense de Merlo desde Salta. Su padre, por trabajo, iba permanentemente a Ensenada. Al cabo de unos meses, por comodidad, se mudaron hacia dicha ciudad. Y Fabio se quedó ahí. La adoptó como propia.
“A los 18 empecé con la gastronomía en La Plata, siempre en buenos lugares, y desde los 21 soy jefe de cocina”, recuerda. Viajó por todo el país, y también estuvo en Brasil y Paraguay compartiendo sus delicias.
Un dato impactante: ya inauguró 12 restaurantes. Siempre trabajando para otros. Por eso ahora busca inaugurar un restaurante propio. Lo planea para 2024.
Su actual novia y sus hijos, asegura, son fundamentales para su nuevo apetito emprendedor: “Uno depende emocionalmente de quién está a tu lado. Me volvieron las ganas. Ella también es muy emprendedora. Nos conectamos mucho en lo laboral”.
“La sigo peleando; es un camino duro y hay que sobreponerse a muchas personas. Hay que tener carácter. No importa lo que pasa en el medio, siempre me voy a dedicar en la cocina”, explica.
Ser jefe no es fácil. Pero esa locura le gusta un poco a Fabio. Convive muy bien con los nervios.
“Amo las inauguraciones. Me gusta mucho esa responsabilidad, los tiempos, la locura, la emoción, correr, la adrenalina, encontrarle la vuelta al negocio, armar gente”, sintetiza.
“La realidad es que tenés peleas constantes, con proveedores, dueños, mozos. Si no te gusta, estás al horno, la vas a pasar mal. Tenés que tener la cabeza fría y un carácter fuerte. No te tiene que importar lo que piensen de vos porque a veces uno toma decisiones que no son buenas”, completa este salteño que ya es también ensenadense.