Este viernes, la abogada y docente Karina Bigliardi, estuvo en El Show del Desayuno por Cadena COOL, junto a Agustín Raimondo.
El tema del día estuvo centralizado en los derechos que tienen los niños a crecer con ambos progenitores, y el lanzamiento de un protocolo que pueda acompañar todo el proceso por el que pasan los menores.
La parentalidad positiva, mala comunicación entre ambos progenitores y las instancias judiciales son los temas que abordó la Dra. Y qué resultado deja en los niños y niñas que pisan instancias judiciales debido a estos conflictos.
“Yo trabajé con infancia compartida, en la confección de un protocolo para la intervención en los casos, en los que los niños y niñas estén impedidos, limitados, obstruidos, de tener debida relación con sus progenitores”.
“El protocolo consiste, y se puede aplicar a nivel nacional en cualquier juzgado que tenga competencia en familia, que en forma muy rápida, en un término máximo de seis meses, se clarifique la situaciones, se despejen los obstáculos que impiden que nosotros, en la convención de los derechos del niño lo llamamos injerencias ilícitas, que remueva eso y efectivice la debida comunicación con ambos progenitores”.
“Es importante que se resuelva en poco tiempo, porque esto requiere de un ya y no de una postergación. Nosotros tenemos una vida adulta, donde la niñez implica de toda nuestra vida 10 años. Es el período más corto de todo nuestro desarrollo como personas. Lo que pasa en esos 10 años son las cosas más importantes de nuestra vida. En mi opinión, lo primero que aprendemos es a relacionarnos desde el afecto, desde el amor, desde generar lazos afectivos que son para siempre”.
“Lo que me enseñan en ese período es a caminar, comer y hablar, todo eso está dado por la base del amor. Entonces si las personas que me pensaron, que me quisieron y que me eligieron como hijo-hija, y están impedidos de criarme, de darme ese amor, eso hace que mi desarrollo como persona se perjudique”.
“Hay dos fueros totalmente distintos y que persiguen distintos objetivos, los cuales pueden despejar lo que necesitan. Por ejemplo, en lo penal se persigue la constatación de la configuración de un delito y sancionarlo, y en familia, se parte del derecho del niño-niña, a tener debido trato con ambos progenitores”.
“Es muy importante entender que se presentan distintos niveles de conflicto en la coparentalidad. Hay una gran cantidad de personas que son padre-madre que ejercen lo que llamamos coparentalidad positiva, lo que significa que piensan en sus hijos y su bienestar”.
“Lamentablemente no sucede esto no sucede en todos los casos y acá podemos presentar tres tipos que podemos calificar, conflictiva leve, mediana y alta conflictividad. En estos casos lo que hace la justicia es tratarla por igual, no puede diferenciar, por el motivo que no tiene un protocolo que las identifique. Nuestro protocolo engloba a los tres niveles”.
“Nosotros tenemos el Código Procesal, el cual sirve como una herramienta que dice cómo se van hacer las cosas en la justicia, data de hace más de 100 años, tenemos un código procesal que no contempla nada de las cuestiones tecnológicas. En familia tenemos una suerte, donde viene el código civil y comercial a darnos un oxigeno con muchas herramientas para cambiar”.
Lo que se recepciona la Justicia es el conflicto: “Si venimos teniendo imposibilidades de ejercer una coparentabilidad positiva, nuestro hijo empieza a sufrir esta mala comunicación que tenemos, porque empieza a trabarse su niñez de forma fluida”.
La Dr. Bigliardi mencionó qué sucede si uno de los progenitores detiene esa mala comunicación y recurre a la justicia para que sea mediadora del conflicto: “Nosotros con el Protocolo que intentamos materializar es decirle que ese proceso, esa batalla cronifica los conflictos, genera daños irreparables en los niños y las niñas”.
“En infancia compartida hacemos toda una formación en para juzgar con perspectiva de niñez. Hacemos cursos donde tratamos de fomentar el pensamiento crítico y rever los posicionamientos”, enfatiza.
Explicó el concepto de abuso emocional en niñeces: “El abuso emocional o las injerencias ilícitas desplegadas por un progenitor son causal de restricción de lo que es el contacto. Frente a la denuncia de abuso aparece automáticamente el no contacto con el progenitor”.
Dentro del Protocolo hay un coordinador que provee de herramientas para estas situaciones, la Justicia ofrece la Mediación Familiar, y el protocolo propone: “La figura del coordinador parental aparece cuando existe una grave conflictividad, el coordinador es una persona muy preparada y trata de llevar adelante un acuerdo”.
“Nadie piensa en que muchas veces hay abusos emocionales y los dejamos en el marco de los progenitores que ejercen esos abusos emocionales. Cuando un progenitor denuncia falsamente a otro progenitor por una causa tan grave como “abuso”, que sabe que su hijo o hija va a pasar por instancias que realmente son complejas como Cámara Gesell, ir al cuerpo técnico de responsabilidad juvenil, ahí hay un abuso emocional”, y continuó “Si vos realmente estarías ejerciendo una parentalidad positiva nadie quisiera que su hijo o hija pise cuando es niño alguna instancia judicial”, cerró.
