El PRO trata de reacomodarse después del fracaso electoral del 2023 y con un marcado rol a nivel nacional: colaborar fuertemente con el gobierno. Quedó demostrado en el acompañamiento a diferentes proyectos del Poder Ejecutivo.
Pero esa línea cercana al espíritu de las reformas de Javier Milei choca con el derrotero en la Legislatura Bonaerense: florecen un sinfín de proyectos de diputados y senadores del PRO que redundan en mayor gasto público, burocracia y regulaciones en la Provincia de Buenos Aires.
En la sesión extraordinaria de febrero lo expuso con sorpresa e ironía la diputada de Unión por la Patria Lucía Iañez: “Hoy es un día confuso. Hay gente de un bloque que opina como si fuera de otro bloque. Tenemos que ver si en la autopista Buenos Aires – La Plata hay en Dock Sud un portal estatizador. En Capital son todos libertarios y ahora acá piden que estaticemos todo”.
“Es una locura. Hay una contradicción estructural. ¿Se quiere o no se quiere fortalecer el Estado? Uno no puede tener una posición cuando se habla del gobierno nacional y otra cuando habla del gobierno provincial”, siguió.
Ojo: hay proyectos interesantes del PRO que amplían el gasto público. El problema es que entran en contradicción con el discurso a nivel nacional.
Por ejemplo, la diputada del PRO, Abigail Gómez, presentó un proyecto sobre prevención de la ludopatía: “La autoridad de aplicación promoverá campañas de concientización dirigidas específicamente a niños, niñas, adolescentes y sus padres sobre los riesgos del juego de apuestas virtuales y ludopatías”.
“Se establecerán programas de educación en las escuelas para informar a los estudiantes sobre los peligros del juego de apuestas virtuales y la ludopatía, así como fomentar prácticas de juego responsables”, se señala en el texto.
Otro de sus proyectos reza: “Impleméntese en todo el territorio en la Provincia de Buenos Aires la utilización y colocación de pictogramas en los ingresos de los edificios dependientes de la Administración Pública Provincial, sus organismos descentralizados y autárquicos, establecimientos educativos de gestión publica y privada, universidades provinciales, entes públicos no estatales, empresas estatales, las empresas privadas concesionarias de servicios públicos con acceso al público, parques y plazas a fin de convertirlos en lugares accesibles para personas con Trastorno del Espectro Autista”.
Insisto: proyectos interesantes sobre temáticas o problemáticas importantes, pero que demandan más Estado.
Si inspeccionamos en los proyectos de Martiniano Molina, otro hombre del PRO, encontramos una iniciativa para “Crear la Tecnicatura en Prevención y Extinción de Incendios”.
También propone la creación del “Programa Provincial de Hospitales Veterinarios”. “Contará con una guardia las 24 horas durante todo el año y estará provisto de todos los insumos necesarios para la correcta atención y funcionamiento a los efectos de asegurar una cobertura básica e indispensable”, se describe. No parece un proyecto muy “barato”.
Otro ejemplo puede ser el proyecto de Fernando Rovello para “Crear el programa de Zooterapia destinado a personas con discapacidad física, mental, capacidades y necesidades especiales, como complemento de las terapias y actividades sanitarias o educativas convencionales”.
De nuevo: buenas ideas pero que parecen chocar con la prédica de un Estado más pequeño.