El gobierno de Julio Garro acumula una larga lista de funcionarios que fueron echados tras escándalos de corrupción.
Uno de los ellos fue el subsecretario de Planeamiento Urbano y Desarrollo Económico, Ignacio Marciano (número dos de la Secretaría), quien fue acusado de "irregularidades" en el otorgamiento de habilitaciones para la construcción de obras.
En particular, las "irregularidades" hacían referencia a un sistema de coimas que exigía el funcionario, que finalmente dejó su cargo en noviembre de 2017. Todos los expedientes para avanzar con las obras se trababan en esa subsecretaría. Era una modus operandi habría durado varios meses. Cuando Garro tomó conocimiento de esa situación, desplazó a Marciano.
En ese mismo mes hubo otro funcionario que debió pegar el portazo en el palacio municipal.
Se trata de Paulo Guidi, por entonces director de Habilitaciones de Taxis, Remises y Transporte Escolar.
El secretario general del sindicato de Remiseros Independientes, Javier Scaramutti, fue quien motorizó el fuerte reclamo. El gremialista afirmó que se estaban entregando habilitaciones de manera ilegal para remiserías "truchas".
¿Cómo se realizaba esta operatoria ilegal? Se les impedía a los titulares reales de la habilitación de remis regularizar su documentación mediante dictámenes firmados por la funcionaria Guadalupe Labernia. Luego, estas habilitaciones eran transferidas ilegalmente a otra persona.
Estas maniobras fueron advertidas por el secretario de Convivencia y Control Ciudadano, Roberto Di Grazia, quien le pidió la renuncia a Paulo Guidi.
En el verano del 2018 estalló otro escándalo. Esta vez ligado al funcionamiento del Consejo Escolar. Pablo Bolino, delfín del senador bonaerense Juan Pablo Allan.
La gestión de Bolino como presidente del Consejo Escolar duró tan solo dos meses. Y otra vez con una misma sospecha: el sistema de retornos millonarios que se motorizaba entre los funcionarios locales del Consejo y los proveedores de la mercadería que debía llegar a las escuelas vulnerables de La Plata. Se trata de las empresas proveedoras nucleadas en la Unión Transitoria de Empresas (UTE), GRUPO UNO.
Cuando Garro advirtió esas maniobras pegó el grito en el cielo y no le aceptó el pedido de licencia a Bolino. "Lo quiero ya mismo afuera. No lo quiero ver ni en los pasillos", dijo indignado el Intendente.
Garro se ensañó con Bolino, pero desde el radicalismo entienden que Bolino no actuaba por motus propio, sino que recaudaría para su jefe político: Juan Pablo Allan.
Entre enero y febrero de 2018 se habría generado un sistema corrupto con el dinero de la SAE por casi dos millones de pesos. Es decir, con los recursos que deberían llegar a las escuelas más pobres de La Plata.
