El resultado fiscal de abril fue muy bueno. El déficit fiscal primario (gastos menos impuestos) fue de solo el 0,2% en todo el primer cuatrimestre.
Es un dato clave: permitirá al Ministerio de Economía tener un mayor margen para poder auxiliar en el contexto de la pandemia y las restricciones.
¿Pero cómo se logró llegar a un resultado fiscal tan bueno en un escenario tan adverso? En primer lugar, es innegable la disciplina fiscal que le imprime Martín Guzmán a su gestión. Uno de los rubros dónde se manifiesta esto es en “jubilaciones y pensiones contributivas”: allí el gasto interanual (abril de 2021 vs. Abril del 2020) fue del 30,9%, muy por debajo de la inflación. Un ajuste bastante importante.
También hubo otra fuente de ahorro significativa: en abril de 2020 el item “otros programa sociales” implicó un gasto de 84.000 millones de pesos, mientras que ahora fue de solo 28.000 millones. Allí estaba el IFE de 10.000 por beneficiario. Focalizar la ayuda social vía eliminación del IFE y moderar la suba de jubilaciones son dos de las razones que explican un resultado fiscal sorpresivo.
Pero no todo es obra de la disciplina de Guzmán. La soja hace su parte: su precio récord genera muchos ingresos para el Estado vía las retenciones. El crecimiento de los ingresos vía retenciones fue del 177% (abril del 2021 vs. Abril 2020). Una bestialidad. Del total de recursos que tuvo el Estado en abril, el 12.7% vinieron por las retenciones.
A partir de las restricciones más duras implementadas desde mayo, naturalmente habrá un empeoramiento de las variables fiscales: la merma en la actividad económica generará menos ingresos y el Gobierno ya ha anunciado un paquete de medidas de ayuda social, alimentaria y productiva más agresiva. Es el margen que hay por haber tenido ordenado el excel en la primera parte del año.
