Catástrofe post-PASO: ¿Quién tiene la culpa?

Opinión 01/09/2019 . Hora: 07:05
Catástrofe post-PASO: ¿Quién tiene la culpa?

El agosto más largo del mundo ya se fue. Pero septiembre no será menos difícil.

Hay cuatro elementos que explican la debacle financiera y cambiaria luego de la derrota de Macri, y dos de ellas tienen como responsable directo al presidente.

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En primer lugar, el nivel de endeudamiento que contrajo el gobierno actual posiblemente no era compatible para un país con prontuario negativo como el nuestro. Para un país normal, sería una deuda manejable y renovable sin muchas dificultades.

Si Macri no se endeudaba, ¿qué otras posibilidades tenía Argentina? Podría haberse financiado a través de la emisión monetaria, pero corría el riesgo de una espiral inflacionaria más grave que la del 2016. La otra opción era haber ajustado más rápidamente al sector público, que en el 2016 y 2017 se mantuvo casi estable respecto al final del kirchnerismo. Era una opción más antipática, pero quizás hubiera evitado la desconfianza externa y el derrumbe.

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El segundo punto de responsabilidad de Macri tiene que ver con lo discursivo. Comparar al kirchnerismo con el chavismo salió caro: el mercado le creyó y actuó en consecuencia cuando Alberto se impuso en las PASO.

Un tercer elemento está vinculado a ciertas declaraciones de Alberto Fernández, que para ser justos eran similares a las de Roberto Lavagna pre-PASO: el dólar estaba atrasado y la deuda había que renegociarla.

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Son afirmaciones razonables y en todo caso debatibles. En una campaña política democrática, no se le puede pedir a un candidato que no exprese sus opiniones porque pueden ser contrarias a los deseos del mercado o porque generan expectativas desfavorables en alguna variable.

El último elemento tiene que ver con la Argentina como un todo. La historia nos condena: tenemos en los últimos 40 años un combo completo de defaults, recesiones e inflaciones crónica.

Esto excede a Macri. El próximo que tome el timón tendrá que lidiar con esta acumulación de desiluciones. Hay que revisar muy profundamente qué tamaño de Estado podemos tener y qué cambios hay que hacer para entrar al siglo XXI antes de que los demás países sudamericanos nos saquen varios kilómetros.

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