Es común ver como todas las personas que tienen a perros como integrantes de su familia, se dejen pasar la lengua por el rostro, las manos y cualquier parte del cuerpo, ya que lo hacen de forma afectiva.
Pero en los últimos días, la cuenta @shanerayusha, que muestra lo que hay en las cosas a través de un microscopio quiso utilizar la saliva de un bull dog para mostrarle a sus seguidores la inmensa cantidad de bacterias y algunas cosas “sin identificar” que se encontraban en la lengua del pequeño perro.
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Alcanzó más de 1,2 millones de “corazoncitos” a modo de aprobación por su experimento y comentarios del tipo: “solo sé que una vez mi perro lamió una herida y cicatrizó”, “llevo chupeteando a mis gatos que he tenido más de 30 años, y creo que algunos se han enfermado por mi saliva”, “los perros son buenos curadores”, “con todo y más, amo sus besos”, gracias a mis perros me curé de mis alergias”.